miércoles, 13 de noviembre de 2013

GENERALIDADES DE LA PLANTA

La vid es una planta perenne, leñosa, vivas y trepadora, con largas raíces que penetran en la tierra, tronco fuerte y abundante follaje, que florece en primavera y da sus  frutos a finales de verano ya principios de otoño. Como gran números de plantas la vid no presenta el mismo aspecto a lo largo del año, si no va pasando por diferentes etapas. La vid atraviesa por un periodo de letargo o parón  invernal, aproximadamente entre noviembre y finales de abril, periodo en que solo podemos ver un recio tronco, brazos con largos sarmientos y zarcillos secos y retorcidos, sin hojas, ni flores ni frutos. Esta parada se debe a que el suelo esta muy frio, por debajo de los 10ºC, y la planta no puede alimentarse al cumplir mal la raíz su función de absorción de alimentos.

Cuando se acerca la primavera y sube la temperatura, sube también la temperatura del suelo por encima de los 10ºC, las raíces pueden absorber líquidos, la planta empieza a nutrirse y al no tener todavía  hojas, expulsa el liquido sobrante por las heridas de la poda. Es el "lloro" de la vid, que se produce generalmente a finales de abril. Su duración e intensidad varia según las zonas, el tipo de poda y el rigor del invierno.

En cuanto la temperatura asciende un poco mas, hacia mediados de mayo, tiene la brotacion de las yemas, pudiéndose ya distinguir  las ramas, las hojas y los racimos. Es la fase de "crecimiento", bastante rápida, depende de la temperatura ambiente , la variedad de la vid, y el terreno.

Avanzada la primavera, con temperatura entre 15ºC y 16ºC, comienza la floración. En el inicio del verano la vid se presenta con largos sarmientos, llenas de hojas y con pequeños racimos apiñados. Se produce entonces la fecundación de las flores, conocida con el nombre de "cierna", que origina la polinización y el cuajo de los frutos. El cuajo va engordando, ayudado por una buena temperatura y por lluvias poco abundantes, manteniéndose verde hasta que empieza a adoptar el color de la uva, dorado o tinto según la variedad, esta fase se conoce como " envero". A partir de este momento la uva empieza a madurar, aumentando los azucares (unos sintetizados por las hojas por fotosíntesis, otros por la transformación del acido málico glucosa y otros procedentes de las partes leñosas de la planta) y disminuyéndose la concentración  de ácidos. Esta época de maduración es delicada: el exceso de calor puede secar o quemar el fruto, el frio puede impedir su maduración, la lluvia puede pudrirlo.   El tiempo para alcanzar la madurez completa varia según las condiciones climatológicas, pudiendo no producirse esta completa maduración. En España suele alcanzarse entre mediados de agosto y finales de octubre.

Coincidiendo con la madurez fisiológica (cuando las semillas alcanzan la fertilidad), antes de la caída de las hojas, se produce el "agostado" fase en que sobreviene la maderizaciòn del sarmiento. Una vez que el fruto  es recogido, la vida vegetativa de la planta continua hasta los primeros fríos invernales. La hoja cae y se cierra el ciclo anual, volviendo la vid al periodo de lactancia invernal.

Yemas: Se encuentran en los sarmientos, embriones del brote constituidos por un cono vegetativo que será el futuro tallo; se componen de pequeñas escamas verdosas que serán las futuras hojas y los futuros frutos. Pueden ser simples (si dispone de un solo cono vegetativo) o compuesta (dos o más conos). Existen diferentes tipos de yemas y su desarrollo es fundamental para la calidad final, siendo las yemas más importantes aquellas que pasan todo el invierno en reposo y tienen su desarrollo en la primavera siguiente.

Hojas: Son vitales para las plantas, ya que son los órganos encargados de sintetizar las sustancias que les sirven de alimento. Todas las hojas presentan unas características similares indistintamente de la variedad de planta, pero también unos elementos diferenciadores (forma, tamaño, color, rugosidad…).

Zarcillos: Son los órganos de sujeción de la planta, y que la vid es una planta aérea. Se encuentran dispuestos en los nudos de los sarmientos en el lado opuesto a las hojas.

Flores: A partir de ellas nacerán los frutos; están dispuestas en los sarmientos y se cuentan por centenas, aunque sólo saldrán entre uno y cuatro racimos por sarmiento.
Fruto: Conocido con el nombre de uva. Cuando la flor está fecundada su ovario empieza a engordar dando lugar al fruto.
La vid puede permanecer en producción durante muchísimos años, cada año repite un ciclo biológico que puede ser influenciado por las condiciones ambientales  y por las practicas agrícolas del hombre.





Raíz: La vid emite una raíz pivotante a partir de las semillas, es decir, una raíz principal de fuerte desarrollo en profundidad con ramificaciones a diversa altura. Sin embargo, la práctica vitícola no hace uso de la germinación de las semillas, sino que reproduce la vid por "estacas" que arraigan en vivero y se trasplantan a la viña. En este caso la raíz se desarrolla de modo fasciculado a partir del extremo inferior de la estaca, si bien, al cabo de los años a partir de zonas más altas de la estaca emiten también raíces.
El tipo de suelo es de gran trascendencia para la forma y dimensión del sistema radicular de la vid. Para un "marco real" de 2 x 2 metros y viña de 20 años de edad, hemos encontrado las siguientes dimensiones:
Tipo de sueloMáxima profundidad (metros)Máxima extensión
(radio en metros)
Máximo absorvente
(a metros)
Arcillo-calcáreo1,151,870,45
Arcilloso-ferroso1,291,420,66
Aluvial1,970,870,87



Vida productiva: La vid vive en producción bastantes años, a veces hasta un centenar, pero con eficacia proporciona uva de vinificación durante unos cincuenta años con una cosecha anual y, por lo tanto, existe un ciclo vegetativo anual que culmina con la vendimia para reiniciarse al año siguiente. Este ciclo, al contrario que para muchos cultivos, coincide con el año legal, ya que la fase de reposo o de letargo de la vid abarca un período cuyo centro aproximadamente es el fin de un año y el comienzo del otro.


Por tanto, la rentabilidad, en base a la cantidad, se estima en unos cuarenta años y por necesidad de amortización de los cuantiosos gastos de plantación se intenta acortar el periodo de "formación" de la cepa. Pero ocurre que si forzamos la productividad adelantamos también la fase de depresión y la rentabilidad alcanzaría a 30 años tan sólo. En todo caso, el conflicto se plantea como en tantos casos, entre cantidad y calidad, puesto que la rentabilidad por cantidad puede alcanzar sólo hasta 40 años, pero la mejor calidad se alcanza a partir del año 20.




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